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Festival de los Pistons ante Cleveland

ESTADOS UNIDOS (NBAMANIACS.com).-En una temporada que es una sorpresa en sí misma, los Detroit Pistons han logrado esta madrugada uno de sus triunfos más inesperados. Pese a la baja de Cade Cunningham, los de Bickerstaff se han impuesto a los Cavaliers por 133-122, pillando por sorpresa a los líderes del Este y prolongando las dudas de unos Cavs que llevan unas semanas lejos de su mejor versión.

Un salto cuántico

Superar las 14 victorias de la temporada pasada no era complicado, pero lo que está haciendo Detroit este año no tiene precedente alguno. Con este, el cuadro de Michigan suma 42 triunfos, es decir, el triple que en la temporada 23/24, convirtiéndose en el primer equipo en la historia en triplicar su cifra de victorias de una temporada para otra. Y lo ha hecho de una manera difícilmente mejorable.

Hawdaway se siente líder

Tim Hardaway Jr. esboza una sonrisa cada vez que un entrenador le dice que ese día tiene licencia para tirar todo lo que quiera. El problema es que los aficionados del equipo para el que juega no suelen hacer lo mismo. Pero hoy, sin Cunningham y tampoco Tobias Harris, el ex de los Mavericks asumió con gusto un rol más protagonista y, contra todo pronóstico, lo hizo de manera magistral.

Sus tres triples en el primer cuarto empezaron a marcar el tono de lo que sería una gran noche y dieron la primera ventaja a los Pistons, que empezaban a demostrar que, aunque les faltaran recursos, tenían ganas de presentar batalla. Donovan Mitchell trató de calmar los ánimos del Little Caesars Arena comandando un parcial de 0-11 que puso a los Cavs al frente, pero Hardaway consiguió reclutar otros soldados para mantener las cosas parejas al final de la primera mitad.

Si Cleveland quería evitarse sufrimiento, necesitaba una de sus famosas Cavalanches. Pero en su lugar, fue víctima de su propia medicina.

Y es que en el tercer cuarto fue cuando los Pistons pusieron de verdad patas arriba el partido e hicieron sonar las alarmas en el bando visitante. Hardaway y Malik Beasley mutaron en una especie de Splash Brothers y fundieron a triples a los de Atkinson, que de repente no sabían por dónde les venían. Porque cuando no eran ellos, de repente era una explosión de Isaiah Stweart manejando el balón como si fuera un base o un triple de Marcus Sasser que ponía el +21 en el marcador.

Eran minutos de fiesta. Una fiesta totalmente justificada.

Sobrevivir a Mitchell

Habría estado totalmente justificado que los Cavaliers desconectaran tras esto, pero uno de ellos no lo hizo. Donovan Mitchell, acostumbrado a dar un paso adelante si las cosas se complican en el último cuarto, no dio uno sino unos cuantos, y prácticamente en solitario cortó de raíz la celebración local y empezó a llevar la preocupación a la grada.

Primero fueron un par de canastas en la pintura, luego tres triples consecutivos, y la distancia mermaba y mermaba. Tras verse 21 arriba y sentirse ganadores, los Pistons habían pasado a ganar solo por 2 y temer la remontada. Pero por suerte para ellos, la gasolina de Mitchell llegó hasta ahí.

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