MINNEAPOLIS (NBAMANIACS.COM).-La inspiración de Luka Doncic no fue suficiente para que los Lakers sobreviviesen en Milwaukee. Sin apenas rotación interior y ante uno de los equipos que más puede hacerte pagar algo así, los de Redick fueron una bendición para unos Bucks necesitados de un triunfo para dejar atrás su racha de derrotas, algo que lograron por 126-106.
El gran protagonista del encuentro, no obstante, vestía de oro y púrpura. Si los angelinos lograron mantenerse en el partido hasta el descanso fue gracias a la exhibición de Doncic, que firmó una primera mitad escandalosa incluso para sus estándares. Pero que, en un contexto tan desfavorable, no sirvió para mucho.
Alex Len no es precisamente un pívot dominante ni intimidante, pero es todo lo que Redick tenía a mano para poblar la pintura ante Giannis Antetokounmpo. Y, sabedor de que no iba a ser suficiente, optó por la estrategia de acumular hombres, lanzar el dos contra uno, y sacar el balón de las manos del griego. Lo cual, sin embargo, trajo consigo otros problemas.
Giannis no anotó demasiado en la primera parte, pero su mera gravedad abrió espacios infinitos para el resto. Brook Lopez pudo recibir con ventaja en la pintura para empezar a sumar, y, lo más importante, los tiradores se vieron con espacio para circular el balón y lanzar abiertos. Y esta es una ventaja que no se puede conceder a Milwaukee.
La cuestión es que delante había un esloveno empeñado en seguir el ritmo anotador de los locales. Y estaba dispuesto a anotar todas las canastas inverosímiles que hicieran falta. Triples a una pierna, desde 8 metros, tras bote y step back… Usted pida y Luka se lo sirve. La primera mitad fue sin duda el tramo más espectacular que ha tenido desde que es jugador de los Lakers, de esos en los que obliga a los rivales a mirarse entre sí y preguntarse cómo se defiende algo así.
Y la respuesta siempre es la misma: no se puede.
O mejor dicho, no se puede… con un solo jugador. En la segunda mitad, Doc Rivers puso a Kuzma como defensor principal de Doncic para que su altura la dificultase los lanzamientos y no dudó en enviar ayudas que le obligaran a soltar el balón siempre que fuera posible, obligando al resto de los Lakers a asumir galones. Y salvo Austin Reaves, el resto hizo lo que Rivers esperaba, es decir, poco o nada.
Esto generó no solo que los angelinos sufrieran para seguir el ritmo anotador de los Bucks, sino que dio a estos la posibilidad de salir en transición tras recuperación o rebote, y ahí no hay dos contra uno, ni tres contra uno, ni muralla contra uno que usar contra Antetokounmpo. El heleno vivió en el tercer cuarto sus mejores momentos y llevó a los suyos en volandas hacia una diferencia que llegó a ser de 23 puntos. Una brecha que no desaprovecharon.
Redick, pese a todo, no tiró la toalla, y mantuvo a Doncic en pista hasta bien entrado el último cuarto a pesar que mañana tendrán una dura visita a Denver. Este encuentro, que se prometía como un cara a cara por la segunda plaza del Oeste, ha tomado otro cariz desde la lesión de LeBron, que hace que los Lakers viajen a Colorado acumulando tres derrotas seguidas y con otras posiciones en mente.
Estos fueron los mejores hombres del encuentro.
Con 45 puntos, el esloveno pulverizó su mejor marca como jugador de los Lakers e igualó su máxima anotación de la temporada. Por desgracia para él, su gran noche llegó en un encuentro en el que no tenía compañía a su alrededor para hacerla valer.
Incluso ante una defensa que parecía tener como objetivo que, pasara lo que pasa, no anotase, el griego terminó liderando a los suyos con 24 tantos. Añadiendo a ellos 12 rebotes y 9 asistencias, se quedó a las puertas de sumar un nuevo triple-doble a su colección.
Solo jugó 17 minutos, pero le bastaron para terminar con 22 puntos y confirmarse como un anotador letal. Su acierto desde el triple ayudó a los locales a empezar a abrir la brecha en el segundo cuarto y demostró su enorme potencial como sexto hombre.