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Joel Embiid fuerza la máquina en vano ante los Raptors

ESTADOS UNIDOS (NBAMANIACS.com).-El problema ya no está por arriba, donde el desplome de los Chicago Bulls, dos partidos de ventaja, es una cuestión sólo de tiempo. El auténtico meollo viene desde debajo. Y Joel Embiid y los Philadelphia 76ers lo saben.

Es por ello que anoche, por ser el rival quien era, unos Toronto Raptors que –a diferencia de los de Ilinois– no han dado evidencias de querer dejar de competir, el camerunés jugó. Y además jugó mucho.

Embiid saltó a pista después de jugar 30 minutos en Detroit y aguantar otros 30 al día siguiente en su visita a Milwaukee. Y aguantar es el verbo porque pasados unos pocos minutos, no quedaba ni rastro del jugador móvil y agresivo al que nos tiene acostumbrado. La lentitud y la pesadez, fruto de una merma física que es incapaz de ocultar, hicieron presa de él, y tenerlo en cancha (sobre todo en defensa) dejó de suponer un plus.

Aún así, con tres días de descanso entre el último partido y éste, Embiid ha decicido que quería seguir ayudando a sus compañeros de rotación, la cuál por cierto ha estado casi al completo, faltando sólo Eric Gordon y Kyle Lowry.

The Big Bust

Eso significa que el Big Three –una cartel que ya toca ir dejando a un lado– de Maxey, George y el propio Embiid, estuvo a disposición de Nick Nurse, mientras Toronto acusaba las bajas importantes de Jakob Poeltl y R.J. Barrett, tuviendo que alinear un pívot de excepción, el novato Jonathan Mogbo que viene militando en la G League.

Que Embiid forzase sólo les ha servido para dos cosas. Perder por 103 a 106, y ver como los canadienses vuelven a recortar distancias, quedándose a tres partidos de diferencia, también con Brookyn revoloteando por ahí en plena racha positiva.

Sin dominadores claros

El partido ya empezó torcido para los Sixers, con un primer cuarto en el que los Raptors abrieron una pequeña brecha (18-26) que los locales anularon camino ecuador (50-52). Pero si la idea era salir en tromba y permitir que Embiid se sentase plácido en la segunda mitad a disfrutar de la renta, nada más lejos.

Ocurrió justo lo contrario, con adversario a domiclio intenso, logrando varios robos y sumando canastas en transición. Una vez recolocados los 76ers, pues, tocaba remar.

La segunda mitad estuvo en un puño de principio a fin, y faltando minuto y medio para el cierre y con el marcador reflejando un empate a 103, Agbaji anotaba el que iba a ser el último tiro de campo del duelo.

El minuto final se redujo a unos 76ers que querían ganar el partido pero no sabían cómo, y con Maxey jugándose el triple desesperado que debía forzar la prórroga. Reflejo de lo que fue su noche (5 puntos y 1 de 9 en tiros), éste apenas rozó el aro.

Minutadas para Embiid

Fue el segundo jugador de campo que más minutos sumó de todos los que saltaron a pista: 38, sólo superado por los 39 de Kelly Oubre Jr. En el plano estadístico los tradujo en 27 puntos, 12 rebotes (5 ofensivos), 4 asistencias y el único con net rating positivo de entre los titulares. Muy sólo.

En resumidas cuentas: como es digno de él en ataque, como últimamente atrás. Le sucede lo que a Doncic, que aún sin físico, su talento le basta para producir en ataque (13 tiros desde la personal) mientras en defensa es una sombra que deambula.

Gran debut de Jared Butler

El que fuera héroe invicto y campeón de la NCAA llegó presuntabamente rebotado a Philly hace unos días donde lo único que interesaban eras las rondas. Ahora, tras verle en acción, tal vez lo reconsideren.

Seguramente más fruto de la necesidad que de la convicción, Nurse dio anoche minutos a Butler desde la segunda unidad. Al no disponer de Lowry ni Gordon, el combo guard cumplía perfectamente los requisitos para suplir el rol.

Y si hubo un sólo jugador que se marchó contento a casa en la derrota, tuvo que ser él. En sólo 16 minutos, varios de ellos de importancia al inicio del último cuarto, el ex de Jazz, Thunder y Wizards (no paran de marear al chaval) firmó 15 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias, con un 6 de 10 en tiros de campo y varias canastas de exquisitez técnica en el manejo del drible y la penetración.

Scottie Barnes, hombre para todo

El all-around player heredero de Paskal Siakam pero, muchos dicen, con un techo superior al suyo, sumó un doble-doble de 33 puntos y 10 rebotes para acabar como el máximo anotador de la velada.

Tan inagotable como siempre, su multiplicación en ambos lados de la cancha, junto a los 23 tantos de un Quickley muy enchufado en ausencia de Barrett, fue lo que condujo a los Raptors a arrancar este importante triunfo a domicilio.

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