REDACCION INTERNACIONAL.– El este de la República Democrática del Congo (RDC) vive uno de los capítulos más críticos de su prolongado conflicto, mientras los rebeldes del grupo M23, respaldados por Ruanda, avanzan hacia Goma, una ciudad clave en la región rica en minerales.
Este martes, la tensión se trasladó a la capital, Kinshasa, donde decenas de manifestantes atacaron embajadas extranjeras, incluidas las de Ruanda, Francia, Bélgica y Estados Unidos, en protesta por lo que consideran una falta de acción internacional frente a la crisis.
Los manifestantes, enfurecidos por el avance rebelde, saquearon y prendieron fuego a partes de las embajadas, mientras la policía respondía con gas lacrimógeno. Las embajadas de Kenia y Uganda también fueron blanco de los ataques, mientras se veía fuego y humo salir de la embajada francesa.
“Denunciamos la hipocresía de la comunidad internacional”, dijo a la agencia AP Timothée Tshishimbi, uno de los manifestantes. “Deben decirle a Ruanda que detenga esta aventura”.
El M23, uno de los aproximadamente 100 grupos armados que operan en el este del Congo, ha estado avanzando hacia Goma, una ciudad de 2 millones de habitantes y un centro regional de comercio y ayuda humanitaria. Los rebeldes afirmaron haber capturado la ciudad el lunes, aunque la situación en el terreno sigue siendo confusa, con informes de disparos y explosiones en varias áreas.