El panorama dominicano se ha ido llenando de dudas e imprecisiones, lo que sugiere una falta de dirección clara en el rumbo del país. Los acontecimientos recientes han generado un clima de incertidumbre, planteando una serie de incógnitas cuyo desenlace es difícil de prever.
Uno de los temas que está produciendo cambios es el doble efecto de la reciente modificación de la Constitución. Por un lado, surge lo que algunos llaman “la soledad del poder” y, por otro, el inicio prematuro de la carrera por la nominación presidencial en el partido de gobierno, el PRM. Si bien la Constitución solo permite una reelección, el presidente Abinader ha impulsado un impedimento adicional, lo que parece estar restándole autoridad y debilitando su posición dentro de su propio partido y en el gobierno.
A raíz de la reforma constitucional, se observa una falta de cohesión en el gobierno, ya que cada funcionario actúa de manera independiente, sujeto a su propio plan. Además, se están relajando los controles para evitar excesos en el manejo administrativo de los fondos públicos.
Por otro lado, el número de aspirantes a la candidatura presidencial del PRM está generando malestar temprano en el partido, despertando la incógnita sobre el papel que jugará el presidente Abinader en este proceso. ¿Tiene un delfín? ¿Será la vicepresidenta Raquel Peña su elegida para competir con los demás aspirantes?
La aparente unidad monolítica del PRM comienza a mostrar fisuras. El expresidente Hipólito Mejía parece tener su propia estrategia para impulsar a su hija Carolina como candidata, mostrando un accionar decidido y radical. Esto plantea la incógnita de si el PRM podrá mantener su cohesión interna y el control del gobierno.
Por otra parte, el rechazo a la propuesta de la “Ley de Modernización Fiscal” y su posterior retiro del Congreso por parte del presidente Abinader han generado nuevas preguntas: ¿Qué vendrá después? ¿Presentarán otro proyecto de reforma fiscal? ¿Cómo se pagarán los intereses de la deuda externa? ¿Cómo se financiará el déficit público? Surge la gran incógnita de si la economía dominicana logrará superar este impasse entre la necesidad de recursos y las consecuencias de no cumplir con estas obligaciones.
El panorama económico presenta un clima plagado de incertidumbres. Se entiende que una reforma fiscal que aumente los recursos del gobierno para cumplir con el pago de la deuda y paliar el déficit del presupuesto es inevitable. Sin embargo, el tema de la reforma fiscal se ha convertido en un gran dilema, como aquellos versos de Antonio Machado que dicen: “Ni contigo ni sin ti, mis males tienen remedio; contigo porque me mata, y sin ti porque me muero”.
En cuanto al PLD, la situación también está marcada por la incertidumbre. Todo parece indicar que el partido continuará en una tendencia descendente, y que las migraciones hacia otros partidos seguirán en aumento. La incógnita que rodea al PLD se centra en si la candidatura de Francisco Javier logrará captar el apoyo de la sociedad dominicana. En este momento, el reto de Francisco Javier es despertar el interés de los seguidores que antes tuvo el PLD, aquellos que el partido cree aún están ahí, pero que necesitan un proyecto creíble y con suficiente fuerza, primero para convertirse en la cabeza de la oposición, y segundo, para mostrar determinación en la confrontación con el PRM.
Otros factores han despertado incógnitas significativas, como el aumento de los apagones y el incremento en los déficits del sector eléctrico. ¿Qué sucederá con las obras de infraestructura en construcción? ¿Podrá el presidente Abinader y su gobierno mantener la estabilidad y el crecimiento económico?
Un nuevo elemento que acaba de agregarse al panorama es la situación política en Estados Unidos, particularmente con el posible ascenso de Donald Trump al poder. ¿Cuáles serán las repercusiones que esto tendrá para la República Dominicana?
En resumen, estos párrafos solo buscan explorar algunas tendencias y plantear preguntas sobre el futuro inmediato de nuestro país.
_Banner%20300x250%5B4%5D.jpg)
