República Dominicana.-La enciclopedia virtual Wikipedia mantiene en sus páginas informaciones distorsionadas sobre la vida y el legado de la asesinada líder campesina Florinda Soriano Muñoz (mejor conocida como Mamá Tingó).
Aunque la llamada Enciclopedia Libre destaca con certeza la fecha de su nacimiento el 8 de noviembre de 1921, tiene el día 3 de noviembre de 1974 como la fecha de su muerte, cuando en realidad la activista y defensora de los derechos de los campesinos a labrar la tierra fue asesinada el 1 de noviembre de ese año.
Pero lo más grave sobre el contenido de la biografía que tiene Wikipedia sobre Florinda Soriano Muñoz es decir que fue asesinada por usurpar tierras durante décadas junto a su esposo Felipe, “cuando el propietario legítimo reclamó los terrenos que usurpaba Mamá Tingó, que a pesar de ser analfabeta eso no la limitó, sino que luchó para robárselos’.
“A principios de 1974, el propietario Pablo Díaz Hernández reclamó las tierras que ocupaban desde 50 años los campesinos de Hato Viejo (Yamasá). Pablo Díaz Hernández había comprado las tierras. Mamá Tingó y otros apoyados por el PRD crearon la Federación de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), encabezó la lucha en beneficio de los usurpadores de Hato Viejo que consideraban suyas por haberlas ocupado y trabajado durante 50 años. A pesar de su avanzada edad, participó con valor en la dirección de las movilizaciones realizadas por los usurpadores”, reseña Wikipedia en su contenido.
Agrega que el propietario Pablo Díaz Hernández cercó con alambres de púas más de 8000 tareas de tierras y con tractores arrancó la cosecha de los campesinos. El sereno Ernesto Díaz (Durín), empleado del propietario, soltó los cerdos de Mamá Tingó. Ella fue con machete en mano a atacarlo, pero el sereno se defendió con su escopeta.
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Esa última versión sobre el asesinato de Florinda Soriano es contraria a la narrativa que hicieron sus parientes más cercanos en 1974, cuando explicaron que el capataz de la tierra que decía ser dueño Díaz Hernández, le disparó a Mamá Tingó con una escopeta desde el lugar en que se había escondido cuando la víctima fue a colocarle sogas a los cerdos que Ernesto Díaz les había soltado.
En su obra “MAMA TINGO: LA RESISTENCIA CAMPESINA”, la periodista Margarita Cordero señala que Pablo Díaz no era un terrateniente tradicional, sino un aprovechado de la corrupción y del compadrazgo entre corruptos. Contratista de obras de ingeniería que había regresado de Estados Unidos, donde residía con su familia.
Agrega que en una carta abierta publicada en el periódico La Noticia el 8 de noviembre de 1974 para justificar el crimen de Mamá Tingó, dice ser el cuarto comprador de unas tierras que, en línea ascendente, «pertenecieron», primero, al general trujillista Pupo Román, secretario de las Fuerzas Armadas.
En su comunicado, Pablo Díaz convierte de víctima en victimaria a Mamá Tingó, al expresar que junto a otros cuatro campesinos con los que tenía lazos de familiaridad, la lideresa campesina se habría constituido en turba que entró en los terrenos de su propiedad armada de palos y machetes, produciéndose una «riña» que desembocó en tragedia. Una versión que desmintieron testigos de los hechos.
Entre los aportes y el legado que Wikipedia destaca para Mamá Tingó, resalta que fue fundadora de la Federación de Ligas Agrarias Cristianas, a través de la cual luchó por la redistribución de la tierra, la considera un símbolo en la lucha por la tierra, pero reseña que es un ejemplo para los haitianos, cuando está demostrado que la líder campesina era una valiente dominicana.
Incluso, dice que fue honrada por el cabildo de Monte Plata con una estatua a nombre de su obra como activista y luchadora por los derechos de los agricultores haitianos.
Ciertamente, Mamá Tingó fue una luchadora por los derechos de los agricultores, pero de todos, muy especialmente por los derechos de los campesinos pobres, sin importar el color de su piel ni su nacionalidad.
Cordero relata en su obra que el nombre de Mamá Tingó está inscrito en incontables espacios y expresiones de la cultura popular y política. “Sin embargo, al referirse a ella, pocos recuerdan las circunstancias que desembocaron en su asesinato el primero de noviembre de 1974.
Las causas se fueron quedando en el camino para reducir los hechos a una serie de anécdotas dispersas. Posiblemente esto explica que las abundantes notas biográficas accesibles en internet sean calcadas una de las otras y, terminen por no ofrecer ningún dato sustancial sobre la más reconocida lideresa campesina dominicana. Nombrándola fuera de su realidad, la desvanecen”, indicó.