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Joaquín Balaguer: el poeta atrapado por la política

República Dominicana.-Para el año 1922, a la tierna edad de 16 años, el adolescente estudiante Joaquín Balaguer escribió los Salmos Paganos y Claro de Luna, las dos obras que anunciaban el nacimiento de uno de los más grandes literatos dominicanos que, poco tiempo después, se dejó atrapar por el mundo de la política, sin abandonar su amor por la escritura.

El joven poeta también dio otras señales de lo que venía en el futuro, cuando escribió en el prólogo de uno de sus libros de versos Tebaida lírica, 1924, las siguientes líneas: “Abro éste paréntesis para llenarlo de odio y de gratitud. Odio a los que en plazas y corrillos me combatieron acerbadamente; odio a los poetas afeminados que envidian la virilidad de mi arte; tengo el orgullo de ser, en nuestro medio árido, como una planta rara que sólo necesita para vivir de la savia de su arte y del aire que respira en la atmósfera de sus sueños. Yo aborrezco el ambiente en que me ha tocado nacer, pero aborrezco más a los intelectuales (con muy pocas excepciones) con quienes he tenido la mala suerte de codearme…” “Mi Tebaida lírica molestará a muchos (yo gozo molestando) y algunos borricos rebuznarán (yo gozo oyendo rebuznar)"

Entre la escritura, la política y el servicio público, vio el doctor Balaguer transcurrir su juventud y parte de su vida adulta en medio de la tiranía trujillista, a la que sirvió por más de 30 años, hasta que mataron al jefe y salió exiliado de la República Dominicana en 1962 hacia Estados Unidos, donde fundó el 21 de julio de 1963, hace 61 años, el Partido Reformista.

El doctor Balaguer junto al poeta Domingo Moreno Jiménez.

Cuando un golpe de estado derrocó al presidente Juan Bosch, en República Dominicana se inició un ciclo de inestabilidad política que dio lugar a la Guerra Civil del 24 de abril de 1965 y la posterior invasión yanqui que se produjo cuatro días después del estallido revolucionario.

Al finalizar la guerra, un gobierno provisional, encabezado por Héctor García Godoy, anunció elecciones generales para 1966, que fueron ganadas por el doctor Balaguer, quien había utilizado como excusa la enfermedad de su madre para regresar del exilio y candidatearse por su Partido Reformista.

En 1966 el doctor Balaguer asumió el control de una nación severamente golpeada por años de turbulencias, pero con una sociedad tratando de subirse al tren de la democracia.

Así se iniciaba la llamada era de los 12 años, con un Balaguer tratando de apaciguar a los sobrevivientes antitrujillistas y a los remanentes de la guerra civil de 1965, pero los asesinatos políticos continuaron siendo frecuentes durante su administración.

Por lo menos logró rehabilitar las finanzas públicas, que estaban en un estado caótico, e impulsó un modesto programa de desarrollo económico, donde predominaron las construcciones de infraestructuras públicas, como las escuelas, hidroeléctricas, puentes, presas, carreteras, hospitales, viviendas y otras obras.

Sin embargo, con el conocimiento de sectores del gobierno se inició la Operación Chapeo, con la finalidad de exterminar a los izquierdistas sobrevivientes al conflicto de abril de 1965, en el marco de la política llevada a cabo por Estados Unidos contra el comunismo durante la guerra fría.

En medio de denuncias de muertes y desapariciones por alegadas razones políticas, transcurrió el primer cuatrienio de su gobierno, y en 1970 con la abstención del Partido Revolucionario Dominicano, que alegó pocas garantías constitucionales y a la participación de las Fuerzas Armadas en actividades políticas, el doctor Balaguer fue reelegido para el periodo 1970-1974.

Comenzando el año 1971 el presidente Balaguer nombró al general Enrique Pérez y Pérez como jefe de la Policía Nacional, para luego aparecer en las calles del país las atrocidades del Frente Democrático Anticomunista, mejor conocido como La Banda Colorá, integrada por un grupo de paramilitares y excombatientes de izquierda, que se dedicaron a eliminar dirigentes, acusados de comunistas.

Durante ese segundo mandato, el presidente Balaguer siguió incentivando la construcción de obras públicas, dando al país estabilidad económica en medio del crecimiento de los cementerios para sepultar a las víctimas de su régimen. 

Para las elecciones del 16 de mayo de 1974, el Partido Revolucionario Dominicano y los otros partidos signatarios del denominado Acuerdo de Santiago con el hacendado Antonio Guzmán como candidato presidencial, se volvieron a retirar de los comicios por falta de garantías y en protesta contra los desafueros de los llamados paramilitares balagueristas.

Con el camino despejado de opositores con algunas posibilidades de éxito, el doctor Balaguer sólo tuvo como rival al ex contralmirante Luis Homero Lajara Burgos, del Partido Popular Demócrata (PPD), al que venció con el 84,7% de los votos, y su Partido Reformista se quedaba con la mayoría en el congreso.

En medio de una coyuntura favorable en los precios internacionales del azúcar, el auge del turismo estadounidense, las inversiones privadas foráneas, y los programas de obras públicas produjeron una fase de expansión económica, favoreciendo el surgimiento de una sólida clase media, pero los crímenes continuaban.

No obstante, el doctor Balaguer seguía defendiéndose de las acusaciones de violación a los derechos humanos, atribuyendo la violencia política a sectores incontrolables y a la subversión de la izquierda que, según él, se dedicaba a cometer asaltos para sustentar sus actividades clandestinas.

Así llegó el 1978, cuando el doctor Balaguer se enfrentó en las elecciones de ese año a Don Antonio Guzmán, del Partido Revolucionario Dominicano, y cuando los resultados electorales mostraron una tendencia en favor del candidato del PRD, los guardias balagueristas con pañoletas rojas en sus bayonetas detuvieron el conteo electoral, vinieron las protestas y una fuerte presión internacional, encabezada por el presidente estadounidense Jimmy Carter, que obligaron a la reanudación del conteo de los votos.

Los resultados finales dieron como ganador a Don Antonio Guzmán, y tras abandonar el Palacio Nacional el doctor Balaguer se convirtió por primera vez en político opositor.

Luego de ser derrotado de nuevo en 1982 por el abogado de Santiago y candidato del PRD, Salvador Jorge Blanco, el ex presidente Balaguer se volvió a presentar como candidato en 1986, ahora en la Boleta del Partido Reformista Social Cristiano -PRSC-, resultado de una fusión en 1984 con el Partido Revolucionario Social Cristiano (El Machete Verde).

Con los demonios de la división sueltos en el corral del Partido Revolucionario Dominicano; Joaquín Balaguer, ciego y con 80 años sobre su espalda, derrota al licenciado Jacobo Majluta, candidato presidencial del PRD, y regresa al poder luego de 8 años de oposición, a paso de vencedores.

Balaguer, el hombre del “Vuelve y Vuelve”, inicia de ese modo una nueva era a la que trata de darle un rumbo distinto a la era de los 12 años, asumiendo posiciones más tolerantes y liberales.

Sin embargo, sus años de oposición no lograron arrebatarle su pasión por la construcción de grandes obras, proyectos que de nuevo contribuyeron a dinamizar la economía del país.

Para 1990, el doctor Balaguer logra la reelección, ésta vez derrotando por estrecho margen al profesor Juan Bosch, candidato del Partido de la Liberación Dominicana, mientras el Partido Revolucionario Dominicano, con problemas de división, se alejó de la competencia.

En 1994, ya con 88 años, el doctor Balaguer volvió a postularse a la presidencia de la República, teniendo como contrincantes a José Francisco Peña Gómez, del Partido Revolucionario Dominicano, y al profesor Juan Bosch, candidato del PLD.

En un proceso electoral caracterizado por las denuncias sobre “campaña sucia” contra José Francisco Peña Gómez, el PRSC vence al PRD con una diferencia menor al uno por ciento, 42.3%, contra 41.6% de los votos, y de inmediato Peña Gómez denunció fraude electoral.

En medio de una grave crisis post-electoral, intervienen los “notables” de la sociedad civil y se llega a un acuerdo entre las partes enfrentadas, acortando a dos años la gestión del líder reformista, reformando la Constitución de la República y la celebración de nuevas elecciones en 1996, con el doctor Joaquín Balaguer excluido de la boleta del PRSC.

Tras la firma del llamado "Pacto por la Democracia" en 1994 se nombran nuevos jueces en la Junta Central Electoral para organizar las elecciones de 1996, donde el PRSC, con Balaguer inhabilitado, lleva como candidato al ex senador del Distrito Nacional, Jacinto Peynado, quien quedó en una tercera posición, Peña no logró los votos requeridos para ganar en primera vuelta, y el PLD con Leonel Fernández de candidato ocupa el segundo lugar.

Joaquín Balaguer Ricardo, dueño y amo de PRSC, apoya a Leonel Fernández para una segunda vuelta, a través del denominado Frente Patriótico, resultando ganador el Partido de la Liberación Dominicana, iniciando el PLD una gestión de cuatro años, caracterizada por innovaciones en la administración pública, desarrollo institucional y algunas novedades en diferentes renglones.

El último baile de Balaguer

Definido como un político de pie a cabeza, que despierto estaba en política y durmiendo soñaba con ella, el doctor Balaguer vuelve a candidatearse en las elecciones presidenciales de 2000, con 94 años, disminuido por la edad y las enfermedades, ocupando una tercera posición, con cerca del 25% de los votos.

Fue su novena y última participación en unos comicios, pues la muerte lo sorprendió el 14 de julio del 2002, a casi dos años de distancia para las elecciones del 2004, donde pudo haber competido de nuevo a una edad de 98 años, porque en el Partido Reformista la consigna siempre fue que “Mientras Balaguer respire, que nadie aspire”.

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