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Balaguer, El Cortesano de La Era de Trujillo

República Dominicana.-Este domingo, 14 de julio (2024), se cumplen 22 años de la muerte del expresidente dominicano Joaquín Balaguer, y su pensamiento político sigue presente en la sociedad dominicana con mayor fuerza que el primer día, cuando comenzó su ejercicio público, antes de la era del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Joaquín Antonio Balaguer Ricardo había nacido en el seno de una familia humilde en Villa Bisonó, hoy Navarrete, en la provincia Santiago, el primero de septiembre de 1906, y con el pasar de los años se desarrolló como escritor, político y poeta, llegando a ocupar en siete ocasiones la Presidencia de la República, seis veces como presidente constitucional y una vez como presidente provisional.

En 1927, su prima Bienvenida Ricardo, se casó con el general Rafael Leónidas Trujillo, quien llegaría a ser, tres años después, presidente de la República.

Sus biógrafos lo definen como un hombre de carácter pacífico y una personalidad un tanto enigmática, que con frecuencia apeló a un secretismo heredado de la Era de Trujillo.

Durante la era del Jefe, Balaguer se desempeñó como secretario de la Legación Dominicana en Madrid, subsecretario de la Presidencia, subsecretario de Relaciones Exteriores, embajador extraordinario en Colombia y Ecuador, embajador en México, secretario de Educación y secretario de Estado de Relaciones Exteriores.

El joven Joaquín Balaguer Ricardo comenzó su carrera política en 1930, cuando fue nombrado fiscal, y tras inscribirse en el Partido Dominicano pasó a formar parte del círculo de colaboradores cercanos del presidente Trujillo.

Durante la era del Jefe, Balaguer se desempeñó como secretario de la Legación Dominicana en Madrid (1932-1935), subsecretario de la Presidencia (1936), subsecretario de Relaciones Exteriores (1937), embajador extraordinario en Colombia y Ecuador (1940-43), embajador en México (1947-1949), secretario de Educación (1949-1955) y secretario de Estado de Relaciones Exteriores (1955-57).

Cuando Trujillo dispuso que su hermano Héctor Bienvenido fuera reelegido a la presidencia en 1957, optó por Balaguer como vicepresidente, y tres años más tarde, cuando la Organización de los Estados Americanos (OEA) convenció al dictador de que no era apropiado tener a un miembro de su familia como presidente, el dictador obligó su hermano a renunciar, y Balaguer le sucedió en el cargo. Sin embargo, Balaguer no tenía prácticamente ningún poder y fue considerado como otro títere del tirano.

Cuando Trujillo fue asesinado en 1961 y, a pesar de haber sido durante mucho tiempo colaborador del dictador, Balaguer tomó medidas para liberar al país del régimen con la concesión de algunas libertades civiles y suavizando la estricta censura a que Trujillo tenía sometida la prensa.

Joaquín Balaguer ante el féretro del tirano, Rafael Leónidas Trujillo.

La OEA se mostró satisfecha y levantó las sanciones económicas impuestas a la República Dominicana, debido al intento de asesinato que Trujillo tramó en contra del presidente venezolano Rómulo Betancourt.

Sin embargo, las reformas provisionales de Balaguer fueron rechazadas por gran parte de la sociedad, ya que era presionado por los militares, por la derecha, por la izquierda, era abucheado en las calles por la ciudadanía y llamado entre otras cosas por los militares muñequito de papel.

Balaguer solo pudo retener el Poder hasta 16 de enero de 1962, pues un golpe de Estado militar, dirigido por el jefe de la Fuerza Aérea, Pedro Rodríguez Echavarría, lo obligó a exiliarse en Nueva York, de donde regresó a República Dominicana en 1965, con el país ocupado por las fuerzas extranjeras que invadieron el territorio dominicano el 28 de abril de ese año, cuatro días después de que estallara la revolución constitucionalista que procuraba el retorno a la presidencia sin elecciones del profesor Juan Bosch, derrocado por un golpe cívico-militar el 25 de septiembre de 1963, a tan sólo 7 meses de haber asumido el poder.

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